Con 77 votos a favor y 30 en contra, avanza reforma que abre acceso gubernamental a información privada de usuarios
Ciudad de México. – En medio de una fuerte controversia por su impacto en la privacidad de los ciudadanos, el Senado de la República aprobó este martes una nueva Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión, con 77 votos a favor y 30 en contra, avanzando así una reforma que ha sido señalada por expertos y organizaciones civiles como una herramienta de vigilancia sin precedentes.
Entre los puntos más polémicos del dictamen se encuentra la obligación de que todas las compañías telefónicas registren y mantengan disponibles en tiempo real los datos personales de sus usuarios, incluyendo nombre, CURP, ubicación geográfica, historial de llamadas y mensajes, sin necesidad de una orden judicial para su consulta.
Además, se establece que todas las líneas de prepago deberán estar registradas, o de lo contrario serán suspendidas. Este cambio podría afectar a millones de usuarios, ya que se estima que más del 80% de las líneas móviles en México son de modalidad prepago.
Aunque se elimina el artículo 109 —que en su momento permitía el bloqueo de aplicaciones y plataformas—, la ley mantiene y amplía facultades de control sobre el flujo de información y comunicaciones privadas. La autoridad tendrá acceso libre y sin necesidad de autorización judicial a los datos almacenados por las compañías, lo que ha encendido alertas por posibles violaciones a derechos fundamentales.
Otro punto central es la creación de una Comisión Reguladora de Telecomunicaciones, cuyos cinco integrantes serán designados directamente por el Poder Ejecutivo, centralizando el control de las telecomunicaciones en manos del gobierno federal. Críticos advierten que este órgano carecería de autonomía y podría actuar como un mecanismo de vigilancia o censura.
Desde la bancada oficialista, se defendió la reforma como una medida para combatir delitos como el secuestro, la extorsión telefónica y el crimen organizado. No obstante, legisladores de oposición, colectivos ciudadanos y defensores de derechos digitales advierten que la ley abre la puerta a abusos y espionaje político.
El dictamen aún deberá ser discutido en lo particular, por lo que existe margen para ajustes, aunque la base estructural ya está aprobada. La discusión pública sobre los límites entre seguridad y privacidad apenas comienza.
Mientras tanto, organizaciones como R3D (Red en Defensa de los Derechos Digitales) y Artículo 19 ya han anticipado posibles acciones legales para impugnar la ley por considerarla inconstitucional.
La pregunta que flota tras la votación es clara:
¿Seguridad nacional o vigilancia ciudadana?
El debate apenas empieza.
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